Conferencias - Ciencia - Arte - Literatura - Noticias - Unase
Inglés - Inicio

Ciencia y cultura

Artículos especiales

Grecia, hija de Egipto – II Parte


Las tres Piramides hubicadas en la meseta de Gizeh

¿Qué edad tienen las pirámides?

Por Susan Kokinda

Tomemos la fecha identificada en el Timeo de Platón, de alrededor del 10000 a.C. ( 9.000 años antes de la visita de Solón en el año 600 a.C.). Recuerda, se trata de ciclos muy largos, así que estas fechas no identifican un año en particular, sino una era de alrededor de 2.000 años

Mira los cielos del Egipto desde la meseta de Gizeh, haciendo los ajustes necesarios por los cambios precesionales. ¿Cómo luce el cielo horas antes del alba en el equinoccio vernal, un suceso anual registrado por la mayoría de las culturas? La constelación que aparece en el Este, sobre el horizonte, es Leo (el león).Esta es la llamada constelación helíaca, pues aparece justo antes del sol por el Este. Al Sur, Orion (una de las constelaciones más visibles, con su cinturón de tres estrellas) está culminando su ciclo precesional de 26.000 años. Orion se alza sobre el horizonte.


La meseta de Gizeh, donde se encuentran la Esfinge y las tres piramides

¿Qué hay sobre el suelo de la meseta de Gizeh? La Esfinge y las tres principales pirámides. La Esfinge —Un león con cabeza de hombre— mira hacia el Este, justo hacia la constelación de Leo, que salía poco antes del alba en el equinoccio vernal de alrededor del 10000 a.C. (la mayoría de las culturas antiguas, incluyendo la egipcia, la china y la india, dividieron las constelaciones del Zodíaco —aquellas en el plano eclíptico— de manera sorprendentemente uniforme. El león, el escorpión, el carnero, el toro, etc.. aparecen en la mayorIa de ellas). Las tres pirámides, aunque una al lado de las otras, no están alineadas entre ellas. Si dibujas una línea sobre la cima de las dos primeras pirámides, la tercera estaría un poco desviada. Ahora observa el cinturón de Orión: dibuja una línea sobre las dos estrellas más brillantes del cinturón, y verás que la tercera, la más “pequeña”, esta un poco desviada, igual que la tercera pirámide.


(Izq.)Orión. (Der.) Las tres pirámides, aunque una al lado de las otras, no están alineadas entre ellas.

¿Eso significa que las pirámides fueron construidas 10.000 años antes de Cristo? No. No sólo es claro el registro de la construcción de las pirámides(alrededor del 2600 a.C.) durante el Imperio antiguo de Egipto, sino que las propias pirámides eran observatorios astronómicos, con cañones que apuntaban hacia las tres estrellas más importantes en el cielo (la estrella más brillante de Orión, la Estrella Polar y Sirio) en el 2600 a.C., no en el 10000 a.C.

¿Significa eso que la Esfinge se construyó en el 10000 a.C.? Esta es una pregúnta más interesante y muy controversial. No hay verdaderas pruebas textuales que identifiquen cuándo se construyó la Esfinge. Hay rastros de erosión por agua sobre las paredes de cantera que la rodean, lo cual demuestra que las piedras de esta construcción se extrajeron en un período de lluvia intensa; el último de estos tuvo lugar alrededor del 6000 a.C. La controversia va y viene entre los científicos, egiptólogos, y buena parte de los chiflados, y rebasa el ámbito de este artículo (yo me inclino por las fechas más antiguas).

Pero en cualquier momento en que se haya construido la Esfinge, los que la construyeron, y a las pirámides, lo hicieron con el conocimiento de cómo se veía el cielo en el 10000 a.C. Esto es cuando. en el ciclo de 26.000 años, Leo sale antes del alba por el horizonte occidental, en el equinoccio vernal, y Orion, al Sur, está culminando su ciclo.

La historia, la cultura y la religión egipcias están llenas de imágenes de constelaciones zodiacales y otras importantes. Los cambios precesionales en esas constelaciones ofrecen un gran calendario cíclico de la civilización egipcia, mucho más antiguo que la unificación predinástica alrededor del año 3200 a.C.

Leo y la Esfinge se remontan al tiempo cuando la más reciente era glacial de la Tierra estaba en su etapa final de deshielo, y venían drásticos cambios climáticos. Quizás fue cuando una civilización atlántica marítima fundó una nueva sociedad en el Nilo, lo que la religión egipcia llamó “los primeros tiempos”.

Orión, que no estaba en la eclíptica de las constelaciones zodiacales,dominó el alba desde el 10000 hasta el 6700 a.C., cuando los movimientos precesionales retrasaron su salida hasta que coincidió con la salida del sol, y dejó de verse. Como señalan con claridad los textos antiguos, Orión es Osiris, y su desaparición del cieio antes del amanecer fue su “muerte”.

La estrella más cercana y la más brillante del cielo, Sirio, es conocida como Sotis, y está bien identificada con Isis. Los egipcios tuvieron varios ciclos calendarizados, el mayor de los cuales fue el calendario sótico, basado en un ciclo de 1.461 años de Sirio. Con el conocimiento de que estas estrellas y constelaciones eran astronómicamente importantes, uno puede leer los textos de la Pirámide, el Libro de los muertos y muchos otros escritos egipcios antiguos como descripciones de los movimientos de los cuerpos celestes. Con certeza ese era su propósito original, no el concepto del “culto a los muertos” que introdujo, en su forma mas elaborada, el sacerdote délfico Plutarco, y que hoy domina las discusiones sobre la antigua religión egipcia.

Después de la desaparición de Orión—Osiris, Tauro, el toro, la reemplazo como la constelación helíaca del equinoccio vernal. Jane Sellers, en su libro The Death of the Gods in Ancient Egypt (La muerte de los dioses en el antiguo Egipto), propone que el cielo nocturno refleja la batalla entre Horus y Set para reemplazar a Osiris despues de su muerte. Taurus—Horus, la constelación helíaca del equinoccio de primavera, se contrapone a Escorpión—Set, la constelación helíaca del equinoccio de otoño. La idea de que Horus es Tauro es bastante precisa, por la existencia de una clase de sacerdotes astrónomos conocida como los Shemsu Hor, o “seguidores de Horus”.

Dioses y héroes

Es fascinante comparar las historias más antiguas de Egipto con su trasfondo precesional. Diodoro Sículo, en un escrito de alrededor del 30 a.C., establece que los “dioses y heroes” gobernaron a Egipto del 23000 al 10000 a.C., período que coincide con el final de la ultima era glacial, cuando, como ha hipotetizado Lyndon LaRouche, existió una cultura astronómica marítima. Ese lapso de 13.000 años es casi la mitad de un ciclo precesional. Diodoro afirma que Osiris trajo la civilización a Egipto por el 10000 a.C., cuando Orión estaba en su punto más bajo sobre el horizonte. Un historiador más antiguo, Manetón, escribió en el 300 a.C. un informe parecido sobre un dominio de los “dioses” de entre 12 y 14 mil años, seguido por uno de “semidioses y reyes” , y luego por uno de los “seguidores de Horus

Hasta dónde la cultura egipcia estaba dominada por esta “religión estelar”, y no por un culto a los muertos, puede verse en cualquier exhibición de arte y artefactos egipcios que incluya un sarcófago vacío abierto. Por lo general, la tapa del sarcófago es un elaborado mapa estelar para que el alma sepa cómo regresar a su estrella después de su muerte. Esta idea la reproducen más tarde los pitagóricos, y aparece en el Timeo de Platón.

Por tanto, cuando Tales y Solón hablaron del conocimiento que recibieron de los sacerdotes de Egipto, se referían a una tradición astronómica que se extendía, al menos, a los 9.000 años referidos en el Timeo. La astronomía egipcia era una inmersión de muchos milenios en las inconmensurables astronómicas.

Así que, regresemos de nuevo a Platón y su Epinomis (que significa “después de las leyes”). El ateniense extranjero plantea:

“Pero de seguro debería encontrarse alguna ciencia, cuya posesión provocara la sabiduría del que es sabio, en esencia, y no sabio meramente en la opinión de los hombres. . . Es la ciencia la que da número a toda la raza de los mortales; y creo que fue Dios, mas que alguna casualidad, quien nos la dio y preservó. Y debo explicar quién es quien creo que es Dios, aunque sea uno extraño, y de algún modo tampoco extraño; ya que, ¿por qué habríamos de creer que la causa de todas las cosas buenas que tenemos ha sido, además, la causa de aquello que es, por mucho, la mayor de todas, el entendimiento?

“¿Y quién es quien yo ensalzo con el nombre de Dios? Debe ser Ouranos [el Cielo] quien tiene todo el derecho... Deberemos admitir que éste ha sido la causa de todas las cosas buenas que tenemos; y afirmar que en realidad también nos dio número. Pues si uno acierta a la teoría correcta sobre esto (sea que uno quiera llamarlo Cosmos, u Olimpo, u Ouranos), le sigue en su curso mientras cobra su brillo y pone a sus estrellas en todas sus trayectorias. dándonos las estaciones...Por tanto, de conformidad, tenemos el entendimiento en general, junto con el número y todo el demás bien; pero el mayor de estos es cuando, tras recibir este regalo de los números, uno deja que su mente explore todo el período.

“Ahora, inquiramos la verdadera pregunta de cómo aprendimos a contar con números. Dime, ¿de dónde obtuvimos el concepto del uno y del dos, una facultad natural que tenemos gracias al Todo, para permitimos pensar tales cosas? Entonces, de Nuevo, muchas otras criaturas vivientes no están dotadas por la naturaleza siquiera al punto que el Padre las haya capacitado para aprender a contar; mientras que en nosotros, en primer lugar. Dios implantó esta facultad, de modo que alcancemos a comprender lo que se nos muestra.

“Entre tales cosas, ¿cuál más singularmente bella puede un hombre contemplar que el género del día? Entonces llega a la parte de la noche con su visión; y ahí, encontraremos otra vista diferente ante él. Y así los cielos, haciendo girar estos objetos por muchas noches y muchos días, nunca dejan de enseñarle a cada hombre la idea del uno y el dos, hasta que incluso el menos inteligente haya aprendido de forma suficiente a contar; y formará la noción del tres y el cuatro y de los muchos, pues cada uno de nosotros debe pensar más allá al ver estos objetos.

“Y entre ellas Dios hizo una que forjó, la Luna, que en un momento se muestra más grande, y en otro más pequeña, y sigue su curso, mostrando siempre un nuevo día, hasta que pasan quince días y quince noches. Si uno trata toda su órbita como una unidad, constituyendo un período, tenemos que decir que incluso la criatura menos inteligente debe aprenderlo, entre aquellas a las que Dios ha concedido el don natural de la capacidad para aprender. Dentro de estas, y en su totalidad, el poder de que vive es capaz de contar, cuando cualquiera se examina uno mismo. Pero en cuanto a la cuenta del número, como todos lo hacen en su relación con los otros, creo que Dios, no solo por una razón mayor, sino por su fin, instaló, como mencionamos, La Luna creciente y menguante, y combinó los meses para formar el año, y todos empezaron a entender las relaciones entre número y número, por un feliz acontecimiento”

La batalla histórica

El ubicar los diálogos de Platón en este arco de la historia, de Egipto a Grecia, sólo sirve para intensificar su poder. Uno recuerda la descripción de LaRouche de su movimiento de juventudes como una “universidad de combate rodante”, cuando mira la batalla para transmitir estas ideas de Egipto a Grecia.

Desde La época de la unificación de los reinos del Alto y el Bajo Egipto (por lo general ubicada hoy día en el 3200 a.C., pero que sin duda fue mucho antes) hasta el 1200 a.C., Egipto tuvo una notable independencia y continuidad. Entre el Imperio antiguo (la era de las pirámides) y el medio hubo un período relativamente breve de inestabilidad. El primer período interdinástico duró del 2180 al 2000 a.C., aproximadamente. Los invasores extranjeros (conocidos como los hicsos) ocuparon Egipto del 1700 al 1520 a.C., el segundo período interdinástico, que separó al Imperio medio del nuevo.

Así que, con sólo estos dos desórdenes interdinásticos, la civilización egipcia existió con sorprendente estabilidad por casi dos milenios. Entonces, alrededor del 1200 a.C., hacia el final del Imperio nuevo, varias civilizaciones alrededor de los mares Mediterráneo y Negro sufrieron un período de dislocación y ruina. La Guerra de Troya, entre los griegos y sus primos troyanos, resultó en el desplome de ambas sociedades, y le acarreó a Greciá una edad oscura de 400 años. El Imperio Hitita, que dominó la península Turca, y a veces mas allá, cayó para no recuperarse nunca.

Como resultado de esta inestabilidad, bandas de ladrones, incluyendo libios, etruscos, griegos y otros, conocidos como la “gente del mar”, se sumaron al tumulto. A Egipto lo invadió Libia y peleó, tanto con sus vecinos sureños, los nubios (hoy Sudán), como con la gente del mar. La continuidad y poder de la sociedad egipcia se debilitó. Luego vinieron ataques mucho mas significativos por parte de sociedades oligárquicas occidentales. Varias veces, entre el 1100 y el 500 a.C., diferentes partes de Egipto estuvieron bajo ocupación extranjera. Las grandes ciudades de la Heliópolis y Menfis en el norte, y Tebas en el Sur, fueron conquistadas y saqueadas.

El centro geográfico del enemigo oligarca cambio de Asiria a Babilonia, y finalmente a Persia en el año 550 a.C., pero la característica esencial de tiranía, pillaje, esclavitud y usura siguió siendo la misma.

En todo este período, el templo de Amón, con centro en Tebas, fue el centro de la defensa de Egipto, algunas veces restaurando el gobierno egipcio a todo Egipto, y a veces sólo a una parte. Junto con los sacerdotes de la Heliópolis y Menfis, preservaron el conocimiento matemático y astronómico del pasado, y comenzaron a establecer colonias de avanzada para preservar y, en última instancia, extender su conocimiento. En el siglo 7 a.C. el templo de Amón desempeñó un importante papel en el establecimiento de La ciudad de Cirene, en Cirenaica, la ciudad donde nacería el geómetra Teodoro, del diálogo Teetetes, y otros pitagóricos. El templo de Zeus Amón, fundado en Dodona (hoy Albania) fue, mucho después, muy importante en la vida de Alejandro Magno, como veremos.

(El paralelo de la colonización egipcia de Grecia, Italia y Jonia, con la que realizaron las fuerzas del Renacimiento europeo en las Américas dos mil años después, es inconfundible.)

Pitágoras en Egipto

El siglo 6 a.C. vio pasar la estafeta de Egipto a Grecia. En Egipto, la figura decisiva fue Amasis (570—525 a.C.), un general que se volvió faraón después de aliarse con los libios y los cireneos, liberando a Egipto de los babilonios. Amasis contrajo matrimonio con una cirenea griega, y Heródoto lo describió como un gran amigo de los griegos. Amasis fue anfitrión de Solón y Tales, y posteriormente de Pitágoras.


Amasis (570—525 a.C.), el general que se volvió faraón después de aliarse con los libios y
los cireneos, y liberó a Egipto de los babilonios

Pitágoras, como dice Iamblico, paso casi 20 años en Egipto, probablemente del 550 a! 530 a.C., bajo el reinado de Amasis. Volvió a su isla natal de Samos, cuyo líder Polícrates mantuvo una alianza con Amasis y Egipto. Pero Polícrates traicionó a Amasis al aliarse con el entonces dominante Imperio Persa. Fue en este período que Pitágoras dejó Samos, o quizás lo enviaron a otra zona de influencia egipcia, el sur de Italia. Ahí, Pitágoras fundó su comunidad en Crotona, y pronto él y sus seguidores liberaron varias ciudades de las tiranías locales.

Mientras Pitágoras establecla su presencia en Italia, Egipto comenzaba a caer ante los persas. Amasis murió en 525 a.C., y su hijo y sucesor perdió Egipto ante los persas en el 522 a.C.

Pero Egipto dio a luz a su retoño, Grecia. Grecia derrotó a los persas en Maratón y Salamina en el 480 a.C., y liberó a Egipto, por breve tiempo, de los persas.

Pero entonces, como ahora, la oligarquía conocía y temía el poder de las ideas universales, y de aquellos que las portaban. Pitágoras y sus seguidores sufrieron dos tipos de ataques. El primero fue muy directo y físico. Como informan muchas fuentes antiguas. a la principal comunidad pitagórica, de cincuenta o sesenta personas, la atraparon en sus viviendas en Crotona alrededor del 500 a.C., y la quemaron hasta morir. Pitágoras, o escapo, o no estaba entre ellos, pero muríó poco después.

Pero el método egipcio—pitagórico de conocer el universo a través de la mente, sufrió una clase de ataque diferente; una que encuentra su corolario en las actuales corrientes filosóficas y políticas straussianas y nietzscheanas. Los eleáticos se desplegaron directamente contra los pitagóricos, de forma más notable Parménides, quien decía que, puesto que la Verdad no puede conocerse a través de los sentidos, ¡la Verdad no puede conocerse en lo absoluto! Solo hubo un paso de esto a los sofistas, quienes simplemente declararon que no existe tal cosa como la Verdad, y que quienquiera que dé el mejor discurso (o tenga el ejército más grande) gana. No deberla sorprendernos descubrir que la mayoría de los existencialistas más notables del siglo 20, como Friedrich Nietzsche y Hannah Arendt, estaban enamorados de los eleáticos.

El templo de Apolo en Delfos ayudó a diseminar la infección de los eleáticos y sofistas en Grecia durante el siguiente siglo. En tanto que la generación de griegos que ganó en Maratón y Salamina hizo caso omiso al oráculo de Delfos, que les dijo que se rindieran ante los persas, el oráculo (la versión antigua de FOX—TV) manipuló con facilidad a la siguiente generación. Pericles y otros dirigentes estaban muy influenciados por sofistas tales como Protágoras y Gorgias de Leontini, y los persas los manipularon mediante el oráculo de Delfos, hasta el desastre de la Guerra del Peloponeso (431—404 a.C.) De nuevo, el paralelo del despliegue de los existencialistas straussianos, tales como el subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz y otros gallinazis, en llevar a los Estados Unidos al desastre de una Guerra imperial precipitada, se asemeja precisamente a la destrucción de Atenas.

A Sócrates lo ejecutaron poco después de la guerra, por atreverse a intentar deshacer el daño de la opinion popular manipulada por los persas, y enseñar a la juventud de Atenas, de nuevo, cómo buscar la Verdad. Sócrates era una amenaza mortal para el Partido Demócrata del 400 a.C. dominado por los persas, tal como Lyndon LaRouche lo es para la actual dirigencia del Partido Demócrata dominada por el hampa.

Pero la muerte verdaderamente sublime de Sócrates hizo que su joven protegido, Platón, abandonara su carrera política y centrara su atención en crear líderes filosófos. Platón intentó el poner sus ideas en práctica y educar a un “rey filósofo”, en Sicilia, viajando ahí en el 388 a.C. Su esfuerzo se vino abajo bajo la necesidad estratégica de elegir un candidato inadecuado, Dionisio I. Platón quedó cautivo y en peligro de que lo vendieran como esclavo, pero lo salvó su amigo Arquitas —cuya solución al problema de doblar el cubo es uno de los grandes descubrimientos en la historia del conocimiento—.

Platón regreso a Atenas para fundar la Academia, y para brindarle al mundo el regalo de sus diálogos, los cuales son ejercicios espirituales que dan un conocimiento único de la historia, y a la vez de la naturaleza de la batalla que se extendió desde el antiguo Egipto hasta Sócrates.

Un estudiante del método de Platón, Alejandro Magno, cuya madre fue una sacerdotisa de Amón en el templo de Dodona, finalmente destruyó al Imperio Persa, liberando a Grecia y Egipto. Tras liberar a este último, Alejandro hizo una peregrinación al templo de Amón en Siwa, en el Egipto Occidental, donde fundó la ciudad de Alejandría. Después de su asesinato, su heredero político, Tolomeo I, inicio la construcción de la gran Biblioteca de Alejandría, que reunía las más grandes obras de esta milenaria jornada intelectual. Uno puede suponer que las obras de los primeros pitagóricos, algunos fragmentos de las de Tales y Arquitas, y textos más amplios de Eratóstenes y Apolonio se encontraban bajo su techo, sólo para que los quemara en el siglo 1 a.C. el hijo de Persia, el malvado Imperio Romano, al inicio de otra larga edad de tinieblas.

Como hemos visto, los antiguos egipcios miraban las estrellas, y creían que después de su muerte el alma de un buen hombre regresaba a la estrella de donde vino. Es hora de derrotar a la oligarquía de forma permanente, para que la humanidad pueda retomar la herencia de Egipto, Platón, Kepler y Gauss, y viajar hacia esas estrellas, no sólo en espíritu, sino de verdad.


El Instituto Schiller agradece su apoyo. Su colaboracion nos ayuda a publicar la Revista Fidelio, y también para organizar conciertos, conferencias, y otras actividades que representan intervenciones en la vida politica y cultural en este país y en el mundo

schiller@schillerinstitute.org

PO BOX 20244 Washington, DC 20041-0244
703-297-8368

Copyright Schiller Institute, Inc. 2001. Todos los derechos reservados